10 mag 2010

Es horroroso crecer en el momento en que ese crecimiento desemboca en un blanqueamiento del pelo, en la vergüenza del deseo (sea cual sea), en apurarse por llegar a tiempo al trabajo.

Por desgracia el personaje del poema que crece para mal es un servidor. Pero por suerte ese día, aunque fuera únicamente un sólo día, decidí desencontrarme conmigo mismo, no acudir al trabajo y mirar a la muchacha rubia que desde hace varios meses se monta en el mismo autobus que yo. Pero esta vez sin ninguna vergüenza.


se monta en el autobús

camino del trabajo

y dentro

rostros disonantes

viejas con el carro


sabe que le esperan

ya no es el de antes

tiene reunión

y el pelo cada vez

más cano


en la parada del instituto

no sube la muchacha

de dieciséis y uniforme

a la que mira asustado

desde que hace dos meses

su pelo rubio

le hizo sentir hombre


alguien pica en su parada

en el trabajo le siguen

esperando


pero no


estaba fino

y decidió

no esperarse

ni a si mismo

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