20 feb 2009

porco-espinho

Não sei dizer exatamente quanto tempo. Sempre ao acordar lembrava que aquilo que brilhava era o que chamavam de sol. Um dia senti o rosto arder novamente. Não havia para onde voltar ou sair. Achava que os homens e a história haviam me esgotado. Percebi que eu é que devia esgotá-los. Cansei de perder meu corpo cansei de ver minha alma esvair. Minha maior preocupação era manter-me são. Abandonei a onipotência das flores e segui o córrego que escorria dos meus pés.




Danço e conquisto o macho. Danço e conquisto a fêmea. Danço e torno-me o outro. Elevo a alma ao abismo e arremesso o corpo como um bom suicida entorpecido pelo desejo de morte. Torno-me o outro e morro. porém vivo. vivo sigo dançando. Somos todos serpentes. Não há Eva que não se torne deus. Minha carne expele o odor do mundo. E o mundo por sua vez a corta e a faz apodrecer estendida ao sol. Danço sob o sol.




Traço as zonas infinitas do meu corpo. Há sempre uma a traçar. Os orifícios e os terminais de angústias impedem qualquer absorção. Estão cheios de merda! Mas insisto em rompê-los. Preciso trair o mundo dos homens. Preciso sentir as folhas da relva. Cheirar a inocência daqueles que ainda me amam.




o que é ação na alma é também ação no corpo. o corpo não é mais que a alma e a alma não é mais que o corpo. o corpo seduz a alma cede o corpo cede a alma seduz o corpo cede a alma cede o corpo seduz a alma seduz. a garganta seca. a luz cai em devaneio. já não posso mais enxergar e não me preocupo com isto.

19 feb 2009

Has de saber

Has de saber que me gustas
cuando callas
y frunces, así, los labios,
como si tratases de lanzar
pompas de metal
por encima de las nubes.

Y piensas, de repente,
tonterías que a veces son versos
que nadie se atreve a soltar
porque la gente, y tú bien lo sabes,
no asume el riesgo
de desaprender a vivir
y de ser poetisa en la inmensidad de la noche.

¿Acaso crees que todo es casualidad?
Espero a tus dedos para entender que no es así,
a la intensidad de luz lanzada por tu gamuza
para borrar de mi puta cabeza la idea de fugacidad,
que me persigue por las ciudades a las que huyo.

Podemos demorarnos tanto tiempo
en libar el jugo de las baldosas,
en besar los dibujos que forman las palabras
que no consigo recordar.
Podemos tomarnos una copa
en mi casa y bailar, nomás.
Y no te preocupes por arrancarme
el cigarrillo de mi boca,
que aún tengo pulmones
para succionar las penas
del fondo de tu pelo.

Has de saber, vida tuya,
y puede que ya sepas y no debieras,
que me vence la adicción más pura,
que deseo el verbo más que al mundo,
las cicatrices más que un puñal.

Has de saber, vida nuestra,
que no soy para ti ni para mí,
que soy para una hoja,
para miles de hojas incapaces de volar,
imposibles de escribir.

16 feb 2009

Passagem

Sensação como se houvesse vírus
De repente começo a me transbordar

Mas nunca vou além de mim.

Justapõem-se camadas e camadas
num desenvolvimento incontrolável
movimento lento, que se me distraio
não consigo mais sentir.

E corpo e pensamento crescem,
adiantados,
Dilato, dilato, e sobre o que aumenta
não terei domínio, jamais.

Goteja então uma ruptura que não sei
se acaba de nascer ou se já estava ali

Súbito, volto a caber em mim.

13 feb 2009

Falar com o Muro.

é terrível falar com o muro.

não só pelo fato de que ele não vai ouvir. mas também pelo fato de que ele não vai falar nada.

antes, o que é pior, a sensação de ser completamente incompreendido. É como falar com o muro.

Falar e não ser entendido. não um mal-entendido. o entendimento algum. Talvez os ouvidos, talvez a voz, ou a fala. Talvez a quem se fala.

Aqui a imagem do louco no hospício, que diz, diz, diz, e para o psiquiatra ele não diz nada. ou se diz, diz loucuras! diz aquilo que somente atesta sua loucura. diz o que já está decifrado de antemão. diz o já ouvido.

mas nunca se diz a mesma coisa. até nas repetições “patológicas” de uma mesma palavra; a emergência nunca é isolada do que acontece ao redor, antes e no ato.

Mas ainda, gritar no mundo dos surdos. Não no sentido de que haveria algo a ser explicado, ou expresso. Mas, talvez, simplesmente a ser ouvido. Palavras divinas?

O muro não é só muro. além de dividir dois lados, criar um dentro e um fora, acaba por servir de proteção a uma das faces, a um dos lados. De maneira que, do outro lado, existiria somente as forças da destruição - toda uma mitologia nasce aí. Tanto o muro literalmente, quanto o muro enquanto circunscrição ou delimitação.

Falar com o muro. Ninguém de dentro fala com o muro. é antes aquele que está do lado de fora que diz algo. não porque precisa falar, mas talvez porque os de dentro precisem ouvir uma voz do exterior. e como geralmente estes nunca ouvem, de fato alguns andam por aí falando com o muro.

11 feb 2009

Microcosmos surrealista

Lavadora rugía los lamentos del viejo poema de un televisor desenchufado, volteando las camisas, pantalones y demás artilugios algodonados. Miraba con el ceño fruncido. Tan sólo Sótano acariciaba sus capas de metal mientras que Pared cubría de penas sus largas noches de alto voltaje. Siniestra ironía para un electrodoméstico que quedó relegado a los bajos fondos de la humanidad funcionalista.
A lo lejos, Escalones que de tantos pasos fue deshaciéndose entre la maleza del arte inútil. Su inutilidad sólo respondía al mero espacio de utilidad para el que había sido elegido. Estúpidos ornamentos vacíos de ornamentación.

(Todos allí rezaban la oración del desfallecido)

Apareció Mujer despeinada, Camisa desnudada, Tanga ennegrecido. Altavoz se reflejaba en la celulitis de su trasero jadeante, ansioso de aquellas manos que rozó hipócritamente cuando los volantes aculturales del alcohol, viejos drogadictos (sin valor de encontrar al unicornio bolchevique), jugaban sobre danzas de putas adolescentes.
Cada mano que golpeaba sus pechos deslechados arrancaba las simientes de Antenas incomunicadas de nostalgias. Triste reflexión de Mujer deshilachada.

Hombre, tal vez Sinhombre (o Deshombre), poco tenía de tantas apuestas al Póker insurgente en el que aglutinaba los vómitos descerebrados de Papeles. Tal vez relampagueó un día entre la catarsis de un sapo en posición fetal.
Pocos vagabundos lo juran, pero así era, nadie en Vagones había conseguido antes arrancar los chicles pegados a Asiento.

Y allí estaba Sinhombre, detrás, escrutado por la mirada lasciva de Lavadora y sus roedores amigos, sintiendo como el bello azabache de la espalda de Mujer se erizaba ante la repugnante ausencia de asesinos a sueldo entre sus piernas.
De pronto se hizo silencio un instante que pareció eterno (a la argentina), nada susurraba en el denso aire de Sótano, el tiempo estalló en mil Plumas de horizonte…bim, bam, bum (Charlie Parker).

Cuerdo como Sinhombre puede ser, expulsó su violenta decapitación animal royendo su empalagoso trasero celulítico. Mujer, examinando a Lavadora que platicaba con sus pecados, descendió del letargo.
Hastío, odio visceral, ahogo transversal…
Y en el atisbo de los labios de la muerte, la sonrisa de aquella que aún aspira a besar la libertad.

10 feb 2009

Carta a un olor del autobús

Hoy te he olido en el autobús.
Iba escuchando música cuando de repente, así, nomás, ha sucedido. No me importa mucho de dónde o de quién provenía aquel olor: hay cosas que no merecen la pena averiguar.

Luego, te he tocado. Primero, tu chaqueta negra (que siempre me gustó y puede que nunca lo confesara) y después el “palestino” roído que te regalé.
Estábamos en Plaza de España. Sé que íbamos a tomar café porque, aquí, hace un frío de mil demonios y el “Jamaica” (por donde pasara Pedro Almodóvar) está cerca y, aunque, sea poco, sirve de refugio durante un tiempo. Más tarde, comeremos en el chino (ya han marcado las 20:30 p.m. y empiezas a tener hambre). Pediremos arroz y tú, quizás, pidas alguna sopa que te saque el frío que se te ha metido en los huesos; yo no tengo hambre, pero comeré igualmente (casi nunca tengo hambre).
Saldremos de allí como entramos: congelados de frío y dándonos la mano porque siempre he sido un romántico y esas cosas, por mucho que uno lo quiera evitar, se sienten y no se pueden arrancar de las entrañas.
Me hablarás sobre sociología y me explicarás las teorías de Deleuze y otros tantos, mientras me ves asentir con la cabeza y hacer breves comentarios (breves, muy breves) pues siempre ibas uno (o más bien dos) pasos delante de mí en esos temas (y en otros tantos que no nombraré). Nunca supe mucho de nada, no hay que engañarse.
Terminaremos nuestro recorrido dentro del “Bukowski”: dos copas de Red Lable y luego otras dos y luego a la calle a por cerveza y luego más y luego haremos nada para dejarnos hacer el uno al otro y luego siempre con el luego. Y mientras, tú me sigues hablando y yo escuchando (“bienaventurados los que no tienen nada que decir y se callan”). Y hablas y yo miro como se mueven tus labios al expulsar las palabras. Y te sigo mirando y tú vas dejando de hablar.


El autobús ha llegado a mi parada y me tengo que apear. Y tu olor, se quedará allí metido para continuar su camino de ida.
Y subiré las escaleras de mi casa y me ducharé y cenaré y escribiré palabras sin sentido para no pensar. Y tú habrás callado porque tu olor se fue en un autobús y tu cuerpo en un avión. Y yo callaré porque no te seguí en ninguno de los dos transportes, porque preferí perderme en amores que aún no llegaban a luchar por la idea nihil que tú representabas. Daba igual si vencía en esa lucha o no, lo importante era luchar pero decidí bajar del autobús y no perseguirte en el aeropuerto.

Y me quedé con Madrid y Madrid se quedó conmigo ( y yo soy Madrid, como un día escribí), a los que abandonaste por mil ciudades más; ciudades plagadas de ideas, de las que ésta carece: Sao Paulo, Araraquara, París, luego a Napoli. Y más ideas y más ciudades.
Y Madrid sola y David solo. Sin ideas porque en esta ciudad (y este país) nunca encontrarás una sola idea que merezca la pena: ni un escritor, ni un sociólogo, ni un antropólogo, ni nada digno: sólo sentimientos.
Madrid sola con sus sentimientos y David sólo por el sentimiento (¿o era la idea?) que se le perdió.

5 feb 2009

Los números de la soledad

Mi soledad no es una ni cuatro
es un dos sin tres
cuando me quedo al viento
prendiendo una llama de quimeras
que desaparecen cuando nadie aparece
y que me atrapan en las escaleras
cuando me quedo perdido.

Mi soledad no es solo,
es solamente el gris del pulmón,
un trozo de papel de arroz
regado por la sublime añoranza
de barricas de olmo.
Empapar los cantos de sirena
con lágrimas moradas.

Mi soledad no es mía ni para mí,
son las 21:32pm
cuando vuelvo cabizbajo, derrotado,
cruzando un semáforo en verde
frente a un millón de asesinos abanderados
que discuten sobre patriotismos
y la homosexualidad de Sócrates.

Mi soledad es un sinser,
un abanico sin abrir
que despuebla quimeras,
que te destroza.
Mi soledad es rezar a los vientos,
fundir mis manos en los sueños,
prender la llama de los días sin besos.

4 feb 2009

La muerte de los poetas

Esta noche los poetas han muerto.
Si te paras un segundo, entre el tumulto de la gente y los ruidos de los coches, podrás oír un ligero silencio en su honor. Es casi inaudible y casi, sólo casi, todos seguirán caminando sin pararse a escuchar. No te preocupes, lo muerto, muerto está.
Ya no habrá amores que traspasen el tiempo, ya no habrá guerras ni cánticos a la libertad, no habrá elefantes que bailen flamenco sobre un contenedor ardiendo, ni soledad, ni tristeza, ni hastío. No habrá dolor ni venganza, ni muerte, ni eternidad.
Y es que esta noche los poetas han muerto.
Ya no te podrás angustiar porque no hay angustias que relatar. Hemos perdido el pasado, el presente y el futuro; ahora, no somos nada.
Sólo queda un canto de vacío que se perderá cuando tus ojos dejen de parpadear

EL camino de Tristán

Hace tiempo se observó como Beirut yacía bajo el manto crítico de la desesperanza, bajo los pies de aquel, cual lágrimas de viento, se empeñaba en romper fronteras con el guiño de sus ojos.
Beirut era cementerio de los perdedores, de los que una noche de febrero o de marzo (cualquier mes es irrelevante) amarraron una copa de whisky y brindaron, orgullosos, por el deshonor de sentirse únicos en un mundo de hipócritas (hipócritas derechistas, hipócritas progresistas), por la razón de no saberse con la razón, y de ahí, ser Razón.


(Beirut como deformación de nuestras esencias)

Y ¿por qué pensarlo todo y pensarme siempre?


Tristan en el centro del mundo, como una gran discoteca llena de penes sangrantes.
Tristan el neutral.
Tristan que no es Tristan (ni Mariel, ni Trotski, ni Harry) porque se desdibuja así mismo.
Tristan el que está perdido porque cree que es el único fin para encontrarse.
Tristan y más Tristan (y más Mariel y más Trotski y más Harry).

En el centro del mundo

Odia a quien odia y por todos es odiado (y olvidado).
Es el destino, que no existe, y que se ha trazado.
Pierde siempre porque teme perder una parte.
Nunca pudo formarse en ideología alguna, le repugna todo lo que es verdad.
Siempre cuestionando: esa es la idea.
No quiere estar por miedo y a la vez no quiere dejar de ser.

Y al fin… sólo se queda con el Fin.